Málaga

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Proceso de restauración de las puertas y ventanas

El proyecto

No solo nos enamoramos de los suelos de la vivienda cuando la vimos por primera vez, sus puertas y ventanas también nos cautivaron, y nos propusimos intentar restaurarlas, aunque al principio pensamos que no iba a ser fácil dada la edad de la madera, casi 100 años.  

Reding41

En profundidad

El edificio en el que se encuentra la casa, “Las Casas de Reding”, un edificio histórico protegido del que os hemos hablado en un anterior post, no se merecía otra cosa. Preservar los elementos  arquitectónicos originales de este edificio emblemático de Málaga, también en el interior, fue uno de nuestros objetivos desde el principio. 

Genaysa, la empresa que ha hecho la reforma, nos llevó hasta Ifamasa, fabricantes y artesanos de la madera. Ellos han conseguido restaurar las puertas y ventanas, y para nosotras visitar el taller y conocer el proceso que ha llevado cada una de las piezas, nos ha hecho enamorarnos más aún de ellas y valorar lo que supone tener estas joyas en la vivienda. El proceso artesanal se rechazaba antaño porque no era capaz de hacer piezas idénticas, y precisamente en la actualidad ese es el valor de lo artesano. Esta “imperfección”, hace que sean piezas únicas.  

El proceso lleva muchas horas de trabajo, y mucho cariño. En primer lugar se clasifican las piezas en la obra, para posteriormente desmontarlas con cuidado y llevarlas al taller. Allí se meten en un baño con sosa cáustica un tiempo aproximado de dos horas, y si con una primera limpieza no se eliminan los restos de pintura, se realiza nuevamente el proceso.  

Una vez que las piezas están limpias, se llevan al taller, donde se le quitan todos los clavos y en general cualquier elemento que impida que se pueda seguir trabajando con ellas, se lijan, se reponen piezas que estén estropeadas, partes de la carpintería que estén afectadas, y se preparan para los nuevos herrajes que van a llevar. Finalmente se terminan de pintar, lacar, y se barnizan. Por último, se les ponen los vidrios.  

En nuestro caso, sí hemos pintado las ventanas, pero cuando vimos cómo habían quedado las puertas una vez que habían pasado el proceso en el que se le quita la anterior pintura, decidimos dejarlas sin pintar, conservando así el color natural de la madera. 

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