Vivienda piloto en El Limonar, una de las zonas residenciales más exclusivas de Málaga, junto al Palacio Monte Miramar. Es un ático muy luminoso, con amplios ventanales y terrazas, y vistas espectaculares a la bahía de Málaga.
El objetivo era crear un interior actual, funcional y acogedor, y con un estilo no muy marcado. Siempre que afrontamos el proyecto de interiorismo de una casa piloto, tenemos en cuenta que no conocemos al cliente, y por tanto no sabemos cuáles son sus gustos y necesidades. Sí tuvimos claro que los exteriores y las maravillosas vistas al mar, tenían que ser los protagonistas, y había que crear un etilo contemporáneo y atemporal, conectando en todo momento con el exterior. Es una casa en la que se puede disfrutar de la terraza todo el año, teniendo en cuenta además que el clima de Málaga te permite hacerlo, y por eso le dimos mucha importancia a esta zona de la casa. Disfrutar de vistas al mar es un privilegio único, y había que crear un espacio idóneo para ello.
En cuanto al interior de la vivienda, teníamos que potenciar aún más la luz natural, que entraba a raudales en la casa, creando una atmósfera cálida con espacios ligeros y nada recargados. En la iluminación interior jugamos con luces y sombras, generando una sensación agradable y cálida.
A la hora de decidir los colores a utilizar, nos decantamos por neutros, blancos, luminosos, tonos cálidos y tierras con contrastes sutiles de color: verdes, calderas, azules agua, y algunos toques de negro.
Respecto a los materiales utilizados en el proyecto, elegimos maderas, metal y porcelánicos, así como revestimientos de rafias en paredes, tejidos naturales y algunos toques de negro.
