En esta estancia de nuevo los muebles elegidos, de la firma italiana Pianca, son ligeros, colgados y de patas estilizadas, para que el suelo mosaico Nolla no pierda el protagonismo.
La mesa de comedor destaca por su ligereza y líneas limpias. Las aristas son redondeadas, y la tapa es de cristal lacado. La lámpara es de Bomma, firma checa que combina diseño contemporáneo con artesanía tradicional. La altura de los techos de la vivienda, otra de las cosas que nos enamoró la primera vez que la vimos, permite jugar con los espacios y meter piezas de gran tamaño, como esta lámpara de espectacular diseño.
Del aparador destaca la continuidad de las superficies: toda la estructura está envuelta en un panel continuo y delgado con acabado de cuero, lo que produce un efecto monolítico, y la ausencia de tiradores persigue este mismo objetivo.
Sobre el aparador hay un altavoz de la firma Bang&Olufsen, y su espectacular estética hace que parezca una obra de arte, quedando perfectamente integrado en el diseño del resto del comedor.
La elección de los colores del mobiliario pretende nuevamente destacar el suelo y las tonalidades del mismo, y no romper con ellos, sino acentuarlos.
La pintura usada para las paredes es de la firma Farrow&Ball.
Al igual que en el salón y la sala de estar, en esta estancia tampoco hemos usado cortinas. Las contraventanas quitan la luz en caso de que sea necesario, y las ventanas, que son las originales de la casa y que hemos podido recuperar gracias a Ifamasa, merecen tener todo el protagonismo. La vista desde la ventana del comedor es el otro edificio que compone, junto con este en el que se encuentra la casa, el conjunto histórico y reconocido como uno de los edificios emblemáticos de Málaga denominado “Las Casas de Félix Sáenz”. Al otro lado, la ventana del salón desde el que se ve “El Palacio de la Tinta”. La vista desde ambas ventanas te trasladan a otra época y a otro lugar.
Las obras elegidas para las paredes son del artista Pedro Zamora. De nuevo la ayuda de Marta del Corral, reconocida gestora cultural, fue fundamental para poder completar nuestro proyecto de interiorismo con piezas tan destacadas.
Como ya os indicamos en el post de la salita, lo característico de Pedro Zamora es que no pinta. La base de sus creaciones son tapas de libros, y la estudiada combinación de éstas da como resultado estas geniales obras.