Reding41
En profundidad
Antes de la reforma que acometimos en toda la casa, la cocina estaba en la parte de atrás, como en la mayoría de las casas de esa época, teniendo en cuenta que es una casa de 1922.
En la nueva distribución, y junto al estudio de cocinas KOKKEN, diseñamos una cocina abierta al comedor y al salón, pero con puertas correderas tipo tabique móvil que pueden cerrarse en caso de que sea necesario para evitar ruidos y olores, y que cuando están abiertas se integran con la pared, que se pintó en el mismo color arena. De esta forma la cocina disfruta de una conexión visual al comedor, al salón y a la vista que hay desde el salón al maravilloso edificio de estilo afrancesado denominado “El Palacio de la Tinta”.
Para la cocina elegimos puertas blancas sin tiradores pero con un sutil enmarcado, y con una encimera de porcelánico de la firma Neolith, y se han panelado los electrodomésticos para que su vista sea más estética desde el salón. Además, tiene el mismo suelo mosaico Nolla del comedor y del salón, aunque con diferente dibujo, lo que hace que se gane continuidad decorativa.
La isla le aporta funcionalidad a la cocina, con grandes cajones para almacenaje y con la misma encimera de Neolith que se prolonga a modo de barra para desayunos o cualquier otra comida del día, y unas originales lámparas de grandes dimensiones de un delicado rattan trenzado.
La ventana da a un patio interior con luz, lo que le añade claridad a la cocina, aunque al estar abierta al salón y ser este muy luminoso gracias a las grandes ventanas, cuenta con abundante luz natural desde primera hora de la mañana.
El resultado es una cocina práctica y funcional, con un diseño contemporáneo pero de corte elegante e intemporal, que se adapta a la perfección con el diseño del resto de estancias de la casa con las que se comunica.
